Este Día del Niño no existe mayor ilusión que recibir un regalo. Aunque para otros ese anhelo se ha perdido porque en su lugar ya hay responsabilidades. El trabajar y trabajar es algo que ha suplido ese deseo y a veces hasta la envidia de ver como el compañero recibe un regalo, una abrazo y festejos este día.
“Pedro” vino de Chiapas en busca de mejor vida y se gana unos cuantos pesos vendiendo en los cruceros. El Día del Niño no existe para él desde hace casi una década.
La verdad no me afecta casi nada a veces, antes mi abuelita me compra un juguete o algo así, si pudiera pedir pediría un celular
Otros como “Diego” tuvieron que huir de sus hogares, porque sufrían más allí, que fuera.
Siempre cuando estaba en mi casa me pegaba mi jefe o me corría, tenía miedo de regresar a mi casa y ano sabía para donde irme
Esta es la contraparte de aquellos que por diversas circunstancias tuvieron que cambiar la mochila escolar por una herramienta, y el Día del Niño por uno más de trabajo y se estima que en Quintana Roo existen por lo menos 22 mil niños en estas condiciones