El altar en honor a Nuestra Señora de los Dolores, o conocida popularmente, como la Virgen de los Dolores, estará expuesto para veneración de la imagen hasta el próximo 26 de septiembre, debido a que refleja el sincretismo que se produjo entre la fe cristiana y la cultura prehispánica, según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), informó el párroco de la parroquia de la Divina Providencia en Chetumal, Rafael Olivera Guerra.
Explicó que la celebración de la Virgen de los Dolores se realizó el pasado 15 de septiembre según lo marca el calendario litúrgico de la Iglesia Católica, sin embargo, èsta tradición del Altar de los Dolores y la devoción a la Virgen Dolorosa llegó a México en el siglo XVI, por lo que el INAH lo considera patrimonio cultural de las y los mexicanos.
“Una de las fiestas religiosas que tiene arraigo en nuestra tradición cultural mexicana es está fiesta de Nuestra Señora de los Dolores, es una fiesta litúrgica dónde el pueblo honra a María al pie de la Cruz, para nosotros estuvo presente en la historia de Jesús”, señaló Olivera Guerra.
El altar cumple una serie de elementos, en el que se encuentra la imagen de la Virgen de los Dolores; las flores moradas como símbolo de vida y belleza; las aguas de los colores que representan las lágrimas de la Virgen y la sangre de Cristo; las semillas germinadas que simbolizan la vida nueva; las uvas como vino para la misa; naranjas y banderas doradas como estandarte de Resurrección; un corazón atravesado por siete lanzas que significan los siete dolores de María y la corona de espinas.
De acuerdo con la celebración de la Iglesia, el sentido es meditar en torno al misterio del dolor que unió las vidas de Jesús y María para redención del género humano.
“Sobresaltamos la presencia de María al pie de la cruz, uno de los elementos es preparar un altar a la Virgen de los Dolores con signos que nos recuerdan su estancia al pie de la cruz, a través de flores y signos que nos recuerdan la pasión de Jesús, pero también dolores de María a lo largo de toda la vida al caminar con Jesús”, reiteró Rafael Olivera Guerra, párroco de la Divina Providencia.
Otro de los altares que los feligreses instalaron para vivir y expresar su fe y amor a la Virgen de los Dolores se encuentra en la comunidad de Laguna Guerrero, al interior de la capilla de San José.
La celebración de Nuestra Señora de los Dolores y su altar, también se realiza ocho días antes de la Semana Santa, sin embargo, en 1814 el Papa Pío VII fijó la Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores para el 15 de septiembre, un día después a la Exaltación de la Santa Cruz. Debido a la celebración del Inicio de la Independencia esta celebración es menos popular en septiembre, y más practicada en Semana Santa, conmemorándola dos veces al año.
El Altar de los Dolores es considerado por las autoridades culturales del patrimonio cultural inmaterial del país, por lo que diversos museos del país preservan y difunden esta tradición.
