Está noche el párroco de la Iglesia de la Divina Providencia, Rafael Olivera Guerra, presidió la Sagrada Eucaristía de la Última Cena.
Bajo los protocolos de salud, y omitiendo el beso de los pies en el rito, se llevó a cabo el lavatorio de pies, donde de manera representativa de los 12 apóstoles, tres personas participaron.
Durante la celebración también se bendijeron los panes, que fueron repartidos entre los presentes para compartir en sus familias en estás noches santas.
En su homilía el párroco Rafael Olivera Guerra, señaló que los cristianos cada día deben participar en la civilización del amor, y evitar la violencia que afecta a mujeres y hombres, que en estos tiempos ha aumentado.
Recalcó que la falta de Dios en las familias, y de los valores cristianos destruyen la dignidad de la persona, llevándola a muerte espiritual e incluso física, directa o indirectamente.
Luego de celebrar la Institución de la Eucaristía (última cena), se realizó la procesión al interior del templo para llevar al Santísimo Sacramento al monumento, dónde es velado hasta la mañana del Viernes Santo.
Además, bendijo la imágen de Jesús de la Aprehensión para veneración de los fieles católicos en estos días de la pasión, muerte y resurrección.
Ahí, frente al monumento sagrado se realizó la oración de la Visita a las Siete Casas, momentos de la aprehensión del Señor, ya que por la pandemia no se realizó la visita a otras iglesias ni tampoco la procesión.